lunes, octubre 06, 2008

Análisis y Duda por un Buen Gobierno.

Mejor que un raticida.

Supongamos que un funcionario público de alto nivel, como un ministro, siente deseos vívidos de hacer dinero con su cargo y engañar al estado -pues engañar de por sí induce al placer de tener poder sobre quienes se engaña-. Si es lo bastante inteligente y diestro en las artes de la estafa, aplicará todo su ingenio para alcanzar sus sueños. Esto puede suceder, puesto que el poder, en situaciones en las que las probabilidades de ser descubierto son pocas -en nuestro país, la débil institucionalidad es clave- nos invita a cometer los actos más bajos y desterrar los escrúpulos, como si de leprosos se tratara.

Pero algo así no parece viable para quienes hoy gobiernan o participan en el gobierno del país. Por el contrario, hacen de todo por demostrar que no puede ocurrir o no está ocurriendo. La premisa es, pues, la de que "todo tiene que estar yendo de maravilla", y que no hay ningún motivo para pensar que algo malo esté sucediendo. Así, quien sale ganando es el poder abusivo, que se aprovecha insanamente del beneficio de la duda, más aún cuando el sistema en el que se mueve le brinda las facilidades.

Lo sucedido con Discover Petroleum no es un hecho aislado, como desde el ejecutivo se intentará probar. Es muy probable que el gobierno busque, a continuación, convertir en un caso singular el comportamiento de los funcionarios involucrados. Se teme que a nivel de imagen -como se gobierna mejor un país hoy en día- los hechos de corrupción puedan infectar la percepción que tiene el ciudadano de su ejercicio en el cargo.

El negocio de vender una buena imagen a cambio de votos electorales exaspera a un gobierno de turno, peor aun cuando un militante de su partido pone en duda la pretendida imagen de pleno bienestar y de "un país que avanza": visión de un gobierno que quiere inversión privada a como dé lugar sin antes limpiar su casa.

Por otro lado, para que algo como lo ocurrido con el aprista León suceda, no solo basta que exista un déficit en la capacidad de autofiscalización. Hace falta que la institucionalidad del órgano estatal para el que se trabaja sea endeble y que existan los mecanismos necesarios para que un tema escandaloso pueda ser tratado por teléfono y sin la menor vergüenza.

Los involucrados, por más que ellos así lo crean -pese a su bochornosa caída-, no son los genios de la estafa, ni lo bastante astutos como se les pretende ver desde el ejecutivo -¿ratas, pericotes?-. Solo son dos vivazos más que se aprovecharon de la corrupción imperante de la que García y su entorno no quieren saber nada, hasta que los periodistas, a quienes ofende a menudo, se la presentan en bandeja.

La gente corrupta no se ha vuelto más hábil. Las condiciones para la corrupción han mejorado. Alberto Quimper y Rómulo León han sido encubiertos por mecanismos que se alimentan de la erosión de las instituciones del estado, donde nadie se cuestiona lo rápido que pueda ser elegida una transnacional en una licitación o que gente con antecedentes de corrupción -solo por pertenecer al partido- trabaje en sectores tan delicados como el petrolero.

Si con Fujimori ya se ha demostrado lo fácil que puede llegar a ser en nuestro país evadir la responsabilidad política, no hay motivos para que A.G.P. piense que, solo porque él es el presidente ahora, esas mismas argucias no se puedan estar empleando. Y si es tan complicado darse cuenta de dónde puede estar sucediendo, tal vez sea hora de dejar a la oposición -incluso a todos los 'perros del hortelano'- que se lo señalen.

El poder ostentado en un medio altamente contaminado por la anomia -falta de norma, según P. Bordeau- trae como resultado una serie de circunstancias propicias para un ilícito. Hacer un análisis más profundo de la situación que atraviesan las instituciones que gobierna no le vendría nada mal a nuestro presidente. Que no espere, entonces, que la prensa peruana le demuestre que desconfiar un poco de su entorno es mucho más sensato que estar creyendo que se vive en un edén.

¿Ahora comprenderán mejor el presidente y sus ayayeros por qué la población pone tantos peros a la inversión de las mineras? ¿Acaso, con tan solo una situación como la de los recientes audios , no se podría hacer mucho más daño a las comunidades campesinas que a la malgastada imagen de su presidente?

IMAGEN DE LA SEMANA

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JUSTIFICADOR. Mario Cortijo, jefe de informaciones de El Comercio, explicando los motivos que tiene ese diario para incluir un tema anecdótico en sus primeras planas, durante su visita a la PUCP. (17/09/08)