jueves, noviembre 08, 2007


De Invertebrado y su contribución
Predispuesto al cambio.

Me propongo explicar por qué mi blog se llama como se llama. La búsqueda de identidad está muy de moda en estos tiempos, producto de una serie de circunstancias históricas y culturales que no es preciso mencionar ahora. Esta es mi obra, la primera que se hará pública en cuanto sea leída por un número significativo de personas. Por eso es necesario que sea reconocible entre otras obras, entre las muchas que ya se han hecho y, como en el caso de los blogs, entre los muchos que se han creado.

Mi idea era iniciar una revista. Una revista es un medio en el que trabajaría muy placenteramente, tanto por mi atracción por el diseño de páginas, como por el contenido temático que solemos encontrar en ellas, que va más allá de la información seca de los diarios. Sin embargo, aquel es un proyecto demasiado ambicioso para mis modestas posibilidades; sólo para las de estos momentos.

No puedo hacer aún la revista que quiero, pero puedo desarrollar ahora en este blog la línea que me gustaría que se siga en ella. Invertebrado, una comparación metafórica que usa como figura el tipo de animales que carecen de esqueleto, es el nombre que representa mi debilidad por el desorden y el cambio, y el aprecio que por ellos he aprendido a tener.

Una estructura tan bien unida como la de un esqueleto es la forma con la que me figuro los duros esquemas de pensamiento, que no permiten la revisión de sus propios argumentos y que, a la larga, terminan por crearnos mundos donde no encaja nada más que lo que existe dentro de ellos. Lo que en un inicio había servido de mapa de la realidad se convierte en un mundo artificial en donde la seguridad de una estructura lógica es más atractiva que la multiforme "estructura" de la realidad.

Existe una necesidad innata en el ser humano por justificar las cosas. Empieza por la justificación de su presencia en este mundo y continúa prolongadamente hasta justificar aquello que lo justifica a él. La revisión crítica y la confrontación con la realidad - ese espacio en el que se intersectan nuestros mundos- hace que nuestras seguridades entren en conflicto. A la vez, es la misma realidad la que nos ofrece una nueva oportunidad, un nuevo sentido sobre las cosas y sobre nosotros mismos.

En el juego de las justificaciones, existen mundos interiores que pierden y otros que ganan. Lo lamentable es que, en ocasiones, el perder puede significar la anulación, la obligación a la inexistencia, aunque no implique la inexistencia misma. Las ideas que no son aceptadas, cual materia en su sentido físico, no desaparecen -solo cambian- y se esconden en las actitudes de las personas, a veces incomprendidas o, incluso, temidas.

La revisión de la estructura de nuestras opiniones puede llegar a ser un gran paso para el combate contra la intolerancia. Por eso, propongo que, sea cual fuere la forma de nuestras opiniones, privilegiemos el contenido. Este segundo aspecto es el más complejo y el que requiere de un tratamiento especial, puesto que no es posible observarlo a simple vista, sino separando sus partes, completando sus vacíos y reconstruyendo sus puntos duros.

Hace unos cuantos años, decidí constituirme "invertebrado". En el sentido que le quiero dar, esto querría decir constituirme individuo predispuesto al cambio*. Sin esqueleto, sin armadura que defender, me siento más apto para la recepción de propuestas nuevas, para el contagio de nuevas percepciones de nuestro mundo y de la realidad que aceptamos como cierta.

La forma -al igual que el nombre de este blog- es necesaria para el reconocimiento de nuestras obras. Lo que no es necesario es que lleguemos a creer que esas estructuras somos nosotros mismos. A pesar de ello, de alguna forma siempre terminamos implicados en ellas, al menos en pequeñas proporciones.

Como una medida necesaria para evitar que esta situación me lleve a la enajenación acerca de otras realidades, el creerme "invertebrado" me obliga a separar mis ideas, desarticularlas. De este modo, la naturaleza flexible y cambiante del tipo de animales que comprende esta idea, refresca mi mente y me diferencia de cualquier estructura que pretenda mayor importancia que la de formar mi mundo interior para su comunicación con los demás.

He querido, hasta aquí, desarrollar una de las líneas elementales que conducen mis reflexiones en general, así como hablarles de la idea que motivó este blog. Debo decir también que, antes que idea, Invertebrado fue un sentimiento, nacido de mis observaciones sobre la intolerancia y la falta de una verdadera comunicación entre las personas de mi sociedad.

Deseo que este espacio siga adelante y que mis ansias por comprender el mundo nunca disminuyan, por duro que sea enfrentarse a las inconsistencias de nuestra realidad y a las propias de cada uno. Les agradeceré que me acompañen con la lectura de Invertebrado y, en lo posible, con sus comentarios y críticas. Las precisiones que deseen hacer sobre lo que digo son las verdaderas formadoras que necesita mi perspectiva sobre las cosas.

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*Hago esta comparación en función de lo que aprendí acerca de estos animales en la clase de la profesora y bióloga Ana Sabogal Dunin, durante el ciclo 2004-2 en la PUCP. Según su cátedra, la genética de estos animales, pertenecientes al grupo de productores K, privilegia la cantidad de individuos en su comunidad antes que la formación de individuos altamente desarrollados, por el riesgo que implica ser pequeños y estar a merced de muchos posibles depredadores. Lo que me interesa de ellos es la mayor importancia que parecen poner en el acto de vivir, antes que en su permanencia en este planeta.



domingo, octubre 21, 2007

Censo y Sed
¡Salud por la Ley Seca!

Debería contarles ahora algo acerca del nombre de este blog, tan solo porque me parece importante en la medida que le imprime personalidad a mi espacio. Me disculpo, sin embargo, y prometo desarrollar ese tema en pocos días, luego de que termine con algunos trabajos para los cuales necesito bastante tiempo.

Como parte de mis labores por cumplir está el leer parte de un libro sobre televisión sensacionalista. He querido terminar de leer el par de capítulos que necesito para mi clase del siguiente martes, pero la bulla que mi familia genera, entre tragos, charlas y el chillido de mis primitas, han acabado con mi paciencia hasta el punto de tener que exhiliarme en una cabina de Internet. Todo esto, para sorpresa de unos pocos y resignación de muchos, en plena Ley Seca.

Hoy en día, no tengo reparos en compartir abiertamente la opinión de que "lo prohibido gusta más". No es que tuviera muchos, es solo que me costaba terminar de aceptar que una vez formalizada la observación, la gente siga cayendo en lo mismo, que insista en hacer lo que pueden cuando no deben. Pues, parece que de poco sirve que se racionalice la susodicha manía pública para cambiar el comportamiento de las personas.

En camino hasta esta cabina de Internet, me he topado con más de tres reuniones -llámense "fiestas pequeñas"- amenizadas, como diría una típica tarjeta de pollada, por la "rica rubia heladita".Y no contentos con hacer algo en contra de una norma legal, 3 de las reuniones de las que hablo las desarrollaban en la vía pública y cerca de un subrepticio abastecedor de cerveza -el "héroe" de los inconformes bebedores de toda Ley Seca- tal como la tradición parece ordenar.

Es cierto que este panorama no lo he apreciado durante el día entero, ni tampoco mucho tiempo antes de que el efecto normativo de la Ley Seca se extinga. Mentiría. No sería justo con el esfuerzo de muchos bebedores sociales por evitarse problemas con la autoridad y, tal vez -no niego la posibilidad- de quienes creen en la idoneidad de un comportamiento acorde con el ordenamiento jurídico.

Cercanas ya las 6 de la tarde, hora del cese de la Ley Seca, parecía irreprimible por más tiempo el deseo de beberse un trago de cerveza, aprovechando el domingo y la compañía de los amigos de siempre. El efecto cohercitivo de la ley prohibitiva del consumo de "chela" parece verse reflejado en la actitud de muchos varones y mujeres, víctimas de las duras condiciones de trabajo a las que suelen estar expuestos; por lo menos en un medio como en el que vivo.

Pocos días antes de que se efectúe, nuestro estado suele difundir las bondades de una actividad oficial. A su vez, asume que decirle a la gente que lo que deberán hacer es bueno por un par de motivos es suficiente para que lo acepten y se comporten a la altura de las circunstancias. Entre tantas noticias de fraudes administrativos, corrupción y pleitos entre funcionarios públicos, aparece de pronto la noticia de un censo

La noticia de un censo proviene, irónicamente, de la principal fuente de altercados y malestar entre la población peruana: el Estado Peruano. Lo que estamos acostumbrados a conocer de esa fuente esta más relacionado con cosas malas que buenas. Y, pese a esto, la misma pretende anunciar algo como bueno y deseable, y que todos estamos en la obligación de acatar, sin tomarse la molestia de solucionar otros problemas pendientes, necesarios para una mayor identificación de la población con sus normas legales y las decisiones de su gobierno de turno.

El sentido común podría decirle a cualquiera que consumir bebidas alcohólicas durante un evento importante, como un censo de población, puede entorpecer los objetivos de tal actividad. Pero antes de tomar como referente deseable a nivel nacional una actividad del estado, parece importante compartir con todos los pobladores el por qué de esta gran medida y los verdaderos alcances que tendrá en la vida de cada uno de ellos.

A los que tienen nociones elementales de lo que significan las estadísticas en el manejo de una determinada política de estado, no creo que les sea difícil entender el por qué de un censo. Pero para quienes están acostumbrados a no recibir el apoyo necesario de sus autoridades ¿qué podría significar un montón de cifras más? Lo más probable es que, tan solo, un día perdido de trabajo o de descanso dominical, nada más.

Lo prohibido gusta más, es cierto. Pero también lo es que no comprender el fondo de una norma legal hace que la fuerza de una de estas se funde tan solo en su capacidad represora. No he visto muchas autoridades dispuestas a conversar con la gente y a discutir sobre los motivos que tienen ciertos entes del estado para tomar medidas como la referida aquí. El conocimiento de las leyes sigue siendo "capital cultural" -como lo llamaría Bordeau- de unos pocos, de defensores y de defendidos de condición pudiente.

Las personas actuamos casi siempre motivadas por algo. No encuentro algo tan sorprendente en el hecho de que las personas violen la Ley Seca. No tanto como lo hacen los noticieros y la "gente culta". Se acostumbra atribuir a una conducta así motivaciones extrañas, propias de gente sin escrúpulos o con poca cultura, y se mitifica, una vez más, un aspecto de la realidad peruana sin contestar a todas las preguntas que implica responder sobre una sociedad poco tomada en cuenta por su gobierno.

De ser otra la forma de llegar a la población, no digo que tendríamos un panorama completamente distinto, en el que el total de la gente cumpliría cabalmente con las disposiciones normativas. Sin embargo, estoy seguro de que muchos tendrían más motivos para actuar conforme a una orden que les impide tomarse unas "chelitas" en día domingo con la familia, después de un "partidito" de fútbol con los amigos, o acompañando un "cevichito", una de las recompensas mejor acuñadas por la cultura popular peruana para la gente que trabaja.

martes, setiembre 04, 2007

La Bienvenida de un Grillo
Sin novedad, aún.

Parece que han pasado un par de años desde que oí por primera vez hablar de un lugar como este: un blog. Creo que fue una amiga la que me comentó que existía un modo de escribir y ser leído por muchísima gente (a través de internet) sin necesidad de pagar gastos de publicación y tan solo creando una cuenta en una página web. Desde entonces he pensado muchas veces en la posibilidad de obedecer a mi curiosidad y empezar a usar una computadora para algo más que crear un perfil en Hi5 ó para chatear con mis amigos, conocidos y/o fortuitos, por el messenger. Pero no me ha resultao nada sencillo decidirme y empezar. La cuestión fue desde un inicio decidir acerca de qué es lo que quería escribir en esta plataforma que, valga recordar, no exige parámetros estrictos acerca de lo que se puede escribir, cosa que no deja de generarme alguna suspicacia. Crónicas, memorias, artículos, entre muchas otras opciones han desfilado por mi mente sin que consiga determinar qué es lo que deberían mis lectores encontrar en el Invertebreado. La idea de un proyecto novedoso e interesante, que justamente por novedoso contenga otro tipo de información que no se consiga comúnmente en la multitud de blogs que existen -y cuyo número va en aumento- me "ayudó" a perderme en los laberintos de mi indesición, obstáculo habitual de mis caprichos. Finalmente concluí que no hay mucho que pueda hacer distinto mi blog de los del resto; no por el momento. Sin embargo, estoy seguro que con el desarrollo paulatino de este nuevo espacio, mi blog adiquirirá una personalidad, con mucha seguridad la mía, pero observada a través del contenido fortuito y arbitrario de mi necesidad de escribir y su producto. Sin más, le doy la bienvenida a mis lectores y les prometo que el Invertebrado - de cuyo nombre hablaré en el siguiente post- conseguirá desarrollar un cuerpo que se sostenga tanto por su contenido novedoso, como por su estructura argumentativa clara y precisa.

Knight CriCri

IMAGEN DE LA SEMANA

IMAGEN DE LA SEMANA
JUSTIFICADOR. Mario Cortijo, jefe de informaciones de El Comercio, explicando los motivos que tiene ese diario para incluir un tema anecdótico en sus primeras planas, durante su visita a la PUCP. (17/09/08)